¿Sabías que el ballet favorece la amistad?
Además de ser muy beneficioso y totalmente recomendado para mantener óptima salud física y mental, el ballet es un arte provechoso para las relaciones sociales.
Esa amistad que surge en los salones mientras se comparte una pasión por aprender a interpretar los movimientos de ballet, es un lazo con una fortaleza distinta.
Se forman vínculos que ayudan a los estudiantes a crecer como seres humanos, se van tejiendo valores que en definitiva influyen para moldear una persona de bien en su vida.
Todo el proceso de aprendizaje que se genera en el salón de clases, donde las alumnas comparten risas y llantos, alegrías y frustraciones, es un ambiente íntimo y sano en el que se ven y se asumen de manera natural las vulnerabilidades de cada una para transformarlas con mucho trabajo y disciplina, en sus grandes fortalezas.
Esta convivencia da pie a una amistad única que en la mayoría de los casos tiene el sello de la perdurabilidad. Nace de manera espontánea y crece el sentimiento de afecto sincero hasta el punto de llegar a sentirse como familia.
Algunas de las grandes ventajas que se generan con las amistades en el ballet y que se notan en diferentes aspectos de la vida diaria de una bailarina son las siguientes:
- Entusiasmo. Los niveles de entusiasmo se disparan cuando hay objetivos comunes, hay positivismo y pasión por lo que se hace, apoyo mutuo, sana competencia, aprenden a compartir los éxitos.
- Constancia. Aprender y practicar ballet junto a otros compañeros estimula la constancia y el compromiso. Las niñas saben que no están solas y que al fallar con ausencias pueden afectar a otros compañeros por ejemplo con una coreografía grupal, como consecuencia se comienza a pensar más en el compañero, prevaleciendo el trabajo en equipo.
- Empatía. Aunque el ballet tiende a tener un carácter competitivo, el reto real es que el bailarín se rete y se mejore a sí mismo cada día. Por ello ponerse en el lugar de otra compañera que necesite ayuda en un momento dado no representa ningún tipo de problema a la hora de colaborar. Favorece a que sean más sensibles frente a problemas y limitaciones de otras personas.
- Respeto. La danza derriba prejuicios y límites. Dentro del salón de clases no existen diferencias, absolutamente todos son iguales.
- Perseverancia. El ballet saca lo mejor de la persona, la parte responsable, la que no se rinde, desarrolla la paciencia y la comprensión.
En definitiva, la danza es ideal para desarrollar una auténtica amistad.
