En el mundo de la danza, la rutina forma parte esencial de la práctica y el desarrollo con éxito de este maravilloso arte.
La danza requiere de mucho tiempo aprendiendo y practicando para establecer una buena rutina y esto aporta un mecanismo muy importante de constancia y regularidad. Por eso, aunque a veces parezcan ‘aburridas´, las rutinas son fundamentales para diferentes aspectos en la vida.
Son los patrones de conducta, comportamientos repetidos que propician orden, enfoque y logro de objetivos.
La rutina en la danza genera varios beneficios importantes para otros entornos de la vida. Entre ellos:
- Proporcionan seguridad y control sobre el entorno. Desde niños aprenden a organizar su vida mediante horarios estables asociados a rutinas, es decir, a través de actividades que se hacen todos los días de la misma manera.
- Permiten tener una estructura para predecir acontecimientos. Se repiten rituales que ayudan a que el niño vaya asimilando un esquema interno que convierte su mundo en un lugar seguro.
- Aumentan su autonomía y autoconfianza. Pueden evitar conflictos o enfados innecesarios. El niño aprende cuáles son “sus tareas” y por tanto, van asimilando y haciendo lo que se espera de ellos.
Cabe resaltar que los padres son la principal fuente de aprendizaje de los niños. La mejor forma de enseñar a los hijos a tener una vida ordenada es que los padres también respeten sus propias rutinas.